Venezuela: Una visita inportuna
Guillermo Fariñas Hernández conoce con precisión la figura de Ramiro Valdés Menéndez. La huelga de hambre que protagonizó en enero de 2006 reclamando el acceso a Internet para los cubanos hizo que el entonces ministro de Informática y Telecomunicaciones ignorase sus demandas y prosiguiera en su ardua labor: censurar. "Nunca dio la cara y sabía mucho de mí y lo que ocurría", dice Fariñas desde La Habana. La huelga lo mantuvo hospitalizado por más de siete meses. Ahora, como director de la Agencia de Prensa Independiente Cubanacan Press y defensor de la sociedad civil, advierte que la llegada de Valdés a Caracas "es una cortina de humo" que servirá en realidad para "modernizar el aparato represor del Gobierno venezolano en tiempo electoral". "Ramiro -aclara Fariñas- siempre tuvo que ver con todo lo relacionado a represión y espionaje. En un momento determinado se encargó en Cuba de la informática y cibernética por la relación que tienen estas ciencias con el espionaje". En una entrevista con El Universal, este periodista independiente admite que la decisión del presidente Hugo Chávez de que el actual vicepresidente del Consejo de Estado y ministro de Informática y Telecomunicaciones asesore al país en materia energética "no es otra cosa que una acción operativa y activa de desinformación para comenzar a reorganizar los servicios de espionaje y contraespionaje de Venezuela" en momentos de mucha tensión. A la pregunta ¿por qué Ramiro Valdés en este momento?, el disidente responde que "la persona idónea para que Venezuela no se vaya de las manos desde el punto de vista represivo es Ramiro Valdés. Si alguien va a apostar por una persona que garantice desde el punto de vista represivo la estabilidad del Gobierno ese es él".
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